Hoy, Día de las Madres, más allá de las felicitaciones y los regalos, es una oportunidad para reflexionar sobre la participación económica de las mujeres y la labor de cuidado que también llevan a cabo. Cada 10 de mayo, conmemoramos el valor que tienen las mujeres que son madres, y además, en millones de casos, son el sostén familiar. Por ello, organizaciones estudian el hecho y resaltan la necesidad de atender aspectos de la salud mental esenciales para ellas.
Las cifras actuales revelan un panorama complejo: las madres mexicanas enfrentan condiciones laborales desiguales, con alta informalidad, precarización y dificultades para conciliar sus responsabilidades laborales y familiares.
Sin embargo, este panorama no está destinado a permanecer inmutable. Exploremos las acciones que las empresas, las instituciones y la sociedad en su conjunto pueden tomar para crear un entorno laboral más justo e inclusivo para las madres trabajadoras.
Como empresa empleadora se puede ampliar la duración de las licencias parentales pagadas para ambos padres, permitiendo una mayor flexibilidad y apoyo en el cuidado de los hijos durante los primeros meses de vida; e implementar políticas que faciliten la toma de licencias parentales sin temor a represalias o discriminación.
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Ofrecer opciones de horarios laborales flexibles que permitan a las madres conciliar sus responsabilidades laborales y familiares; o implementar políticas de teletrabajo que brinden a las madres la posibilidad de trabajar desde casa en determinados días o momentos.
En la actualidad este modelo de trabajo ya es accesible para muchas personas, e incluso está regulado; por lo que aquellas madres en busca de empleo pueden optar por elegir un teletrabajo o un empleo híbrido que les facilite el aspecto del tiempo.
Subvencionar o proporcionar servicios de cuidado de niños durante la jornada laboral o en caso de emergencias. Y si es posible, como empresas, crear programas de apoyo para el cuidado de niños.
Brindar oportunidades de capacitación y desarrollo profesional a las madres trabajadoras para que puedan mejorar sus habilidades y avanzar en su carrera. Por ejemplo: se puede implementar programas de mentoría y coaching para apoyar a las madres en su regreso al mercado laboral después de la maternidad.
Fomentar una cultura empresarial inclusiva que valore la diversidad y apoye a las madres trabajadoras con políticas de igualdad de género y visibilización del trabajo de cuidado que realizan las madres, tanto en el ámbito doméstico como en el laboral al implementar medidas que lo compensen, como reducciones de jornada laboral o bonificaciones salariales.
Además es importante promover que las condiciones de los puestos se adapten a sus necesidades.
Implementar programas de apoyo a la salud mental de los colaboradores, y en este caso, específicamente a madres trabajadoras, brindándoles acceso a servicios de atención psicológica y asesoramiento es una medida esencial para su sano desempeño laboral, ayudándoles a lidiar con el estrés crónico.
Mejorar la calidad del empleo de las mujeres que son madres es un desafío que requiere un enfoque integral. Al implementar las medidas sugeridas, las empresas pueden contribuir a crear un entorno laboral más justo e inclusivo para las madres trabajadoras, beneficiando tanto a las mujeres como a las empresas y a la sociedad en su conjunto.
El empoderamiento económico de las madres trabajadoras no solo tiene un impacto significativo en sus propias vidas y en el bienestar de sus familias, sino que también beneficia a la sociedad en su conjunto. Cuando las mujeres tienen acceso igualitario al mercado laboral y pueden contribuir de manera significativa a la economía, se genera un efecto positivo en el crecimiento económico y el desarrollo social. Estudios muestran que el aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral está asociado con un mayor Producto Interno Bruto (PIB) y una mayor estabilidad económica.
Además, cuando las madres trabajadoras tienen ingresos propios, tienen más autonomía financiera y pueden tomar decisiones que beneficien a sus familias, como invertir en la educación de sus hijos, mejorar las condiciones de vida y contribuir al ahorro familiar. En resumen, el empoderamiento económico de este sector no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia clave para el crecimiento económico sostenible.
El Día de las Madres es una oportunidad para reconocer el valor de las mujeres en la sociedad y en el mercado laboral. Es necesario implementar políticas que promuevan la igualdad de género y la corresponsabilidad en las tareas para que todas las mujeres puedan tener acceso a oportunidades de trabajo y desarrollo profesional beneficiosas.
¡Feliz Día a Todas las Mamás que nos Leen!