Cómo el color y la iluminación afectan la productividad en la oficina
Crear el ambiente óptimo para que tus colaboradores puedan enfocarse y mejorar su productividad en la oficina depende en buena medida de la elección de la luz y el color.
La influencia del color y la iluminación en la productividad en el lugar de trabajo es algo que se viene estudiando desde hace muchos años. Sin embargo, a medida que la ciencia y la tecnología avanzan, también surgen nuevas pautas que nos ayudan a definir cuál es la mejor elección de estos elementos en nuestra oficina.
Se trata de un factor que no solo es capaz de cambiar el ánimo y nivel de disposición de los colaboradores en una oficina, sino que incluso puede incrementar de forma sorprendente la productividad, generando así entornos más eficientes.
A continuación, te presentamos una serie de claves, acerca de cómo una adecuada iluminación y tonalidad pueden maximizar los resultados en tu empresa.
Más luz natural
De acuerdo a una investigación del Departamento de Diseño y Análisis Ambiental de la Universidad de Cornell, cuando se trabaja en espacios con una buena iluminación natural, es decir, procedente de la luz solar, se disminuye hasta en un 84% la visión borrosa, los dolores de cabeza y la tensión ocular.
No es casualidad que muchas empresas prioricen los espacios con ventanas amplias, o que incluso construyan grandes domos o tragaluces para aprovechar de mejor forma la luz solar. Y aunque es cierto que esto puede llegar a implicar una considerable inversión para ampliar el paso de luz natural, definitivamente es un costo que vale la pena asumir, ya que resulta en un importante ahorro en el consumo eléctrico y ayuda a potenciar la productividad de los colaboradores.
Además, la exposición constante a la luz natural contribuye de forma importante a regular las hormonas, así como también el ritmo circadiano (el encargado de los patrones de sueño y energía) de los trabajadores, como documentó un estudio de la Academia Americana de Medicina del Sueño.
Lo anterior no es algo que pueda pasar desapercibido, pues ayudar a equilibrar este ciclo vital, contribuye a que los colaboradores puedan descansar mejor durante la noche, y regresar con mayor vigor al día siguiente; lo que permitirá que su aporte sea más productivo.
Desde luego que también se deben tomar en cuenta factores como la visibilidad al interior, más aún cuando se está trabajando con algún tipo de monitor o pantalla. El exceso de luz solar en un espacio donde se ocupan muchos monitores puede ser contraproducente y obstruir la visualización, lo que provocará que se fuerce de más la vista, y por tanto se generen distracciones innecesarias.
En este sentido, la distribución del mobiliario en la oficina, así como el uso de algún tipo de recubrimiento parcial y removible en las ventanas, como pueden ser persianas, cortinas o difusores, son también factores que ayudarán a mantener en todo momento una iluminación idónea.
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Lo que dice la psicología del color
Respecto a la luz artificial y el color en oficinas, también hay factores interesantes a tomar en cuenta. Pues si lo que se busca es mejorar la productividad, generar un ambiente con una tonalidad azul o fresca, favorece la concentración, y por tanto puede mejorar sensiblemente el rendimiento, más aún cuando se realizan labores de forma individual.
Así lo constató la Universidad de Texas a través de una investigación donde se documentó una mayor productividad en habitaciones con tonalidades azules o verdeazuladas; en comparación con lugares totalmente blancos o con colores amarillos o rojizos.
Esto no quiere decir que otro tipo de tonalidades no sean de utilidad, ya que por el contrario, en los espacios donde se busca hacer algún tipo de trabajo colaborativo, los tonos amarillos sirven para lograr una mejor sintonía. Lo que los vuelve ideales en las salas de juntas y otros espacios de trabajo en conjunto.
Para esos espacios de la oficina que están más enfocados en cuestiones de relajación, como puede ser una sala de estar o un área de esparcimiento, una iluminación con una tonalidad verde, es más apropiada para favorecer el relajamiento, como han demostrado de igual forma estudios recientes.
Capacidad de personalización
Desde hace años ha estado abierto el debate acerca de cuál es el mejor tipo de luz artificial para oficinas. Durante mucho tiempo se tuvo la creencia, de que las luces led podrían resultar una alternativa más eficiente, debido a su consumo más controlado de energía.
No obstante, con la evolución de las lámparas ahorradoras, que han permitido generar también un consumo eficiente de luz, las opciones y tonalidades de iluminación son ahora mucho más amplias y pueden adaptarse a las necesidades de una oficina en particular.
Por ejemplo, el avance de la tecnología de iluminación actual, ha permitido ofrecer también sistemas de luz, donde no solo es posible controlar con detalle la intensidad, sino que de igual forma, se puede cambiar entre diversas tonalidades.
Esto resulta de gran utilidad, pues no existe una combinación de luz y color que sea perfecta para todos los casos; dependiendo del tipo de oficina, el trabajo que se realiza y las preferencias de la persona son necesarias diferentes cualidades de iluminación.
Además, también está el factor de la luz exterior, que va cambiando las condiciones al interior de la oficina a lo largo del día; por lo cual la capacidad de personalización, tanto para adaptarse a diferentes gustos y necesidades, así como cuestiones externas, es un factor de gran importancia.
Diversos estudios han comprobado que en las primeras horas de la jornada laboral, resulta favorable optar por un ambiente más azul o fresco, para incentivar la concentración; mientras que para la fase final de la jornada, las tonalidades amarillas, pueden adaptarse mejor a las condiciones de trabajo, donde ya se requiere un ambiente más tranquilo, que compagine con el nivel de cansancio de los colaboradores.
En todo caso, la flexibilidad de iluminación también permitirá explorar diferentes combinaciones en cada caso en particular; y definir un método que permita también medir el nivel de rendimiento en la oficina. Así, podrás estandarizar el uso de ciertas lámparas y potenciar la productividad en tu empresa.